Había una vez un país donde los lobos se comían a los corderos.
Estos sumisos, desamparados, tiernos y débiles, sufrían día a día el infortunio de su destino hasta que comprendieron que manifestándose, protestando, berreando y lloriqueando nada cambiaba su desdicha. Fue entonces cuando aunaron fuerzas y en silencio pero muy inteligentemente decidieron expulsar a los lobos.
He AQUI la primera entrega de una serie de capítulos que os transportaran a un mundo de divertida fantasía.
Erase que en ese país de lobos vivía una mozalbeta que con buena dicha, curso estudios de derecho gracias al esfuerzo y sacrificio de unos padres trabajadores y currantes. Y consiguió el tan ansiado título de licenciada en derecho. Eran muchos los que por entonces hablaron de abogacía aunque eso se aplica a quien la ejerce en su día a día y aquella muchacha no tuvo suerte en lo que al mundo laboral se refiere. Con los años y su inteligencia opto por la búsqueda de lo que muchos catalogamos como el vivir de la boba sopa de la función pública evitando las tan sufridas y obligadas oposiciones. Quiso pues, convertirse en un profesional de la POLÍTICA, ciencia que hoy en día goza de tan prestigiado reconocimiento popular por todos consabido.
Pues bien, dicen muchas lenguas (no sé si las malas o las buenas) que nuestra protagonista era polifacética aunque quizás confundieron el termino con el de poli-política pues para ser POLITICA se precisa una ideología y la muchacha casaba con varias. Inicio su andadura como concejala presentándose por CedeS y bajo el auspicio de un portentoso del oficio político.
Obtuvieron buen resultado pero cortos se quedaron y sin gobernar en aquel país que tanto les preocupaba. Por eso tras muchas deliberaciones y enquisas acordaron cambiar de nombre y repetir aventura pero esta vez navegando por terras galegas.
Parece ser que no manejaron bien el timón del barco y en buena lógica naufragaron.
Sumisa y entristecida por el fracaso, viendo que su señor consiguió el ÉXITO individual, la chiquilla sufría desconsoladamente y fue por ello por lo que su número uno pensó en darle un nombramiento. Darle un cargo aunque no se lo había ganado y así conseguir la tan codiciada sopa boba. Fue propuesta ante las cortes como su ASESORA PERSONAL con un sueldo nada despreciable.
- Re Dios! gritaron los cortesanos. Como se le va a poner una ASESORA personal al concejal que menos votos saco en la contienda?
- Es lo nunca visto! ( grito otro acaloradamente,)
Después de debatir e rebatir la idea del portentoso proponente fue desestimada y rechazada por las cortes pues tal locura rayaba lo insensato y más aun cuando algunos novatos chamanes ya anunciaban una crisis que se avecinaba y que hoy tanto y a tantos..., nos Jode.
Aquel intento frustrado de la chiquilla por autonominarse ASESORA comiendo de la sopa boba, le hizo recapacitar y orientar sus fuerzas a un Tercer cambio de siglas, por aquello de.... ! Haber por AQUI si pillo! .... Y apoyándose en fieles amistades de poco pelo abandonó el barco de terras galegas y habló con pepe, el gran cordero.
...HE LA AHÍ. Metida a trompicones en un tercer intento luchando por sus ideales justo con los que criticó durante ocho largos años y bien es cierto que si la historia de su nombramiento como Asesora del cortesano hubiera salido bien, seguiría criticando a los que hoy " bica no CU "
Triste historia esta donde los lobos se comían a los corderos pero en este caso difícilmente digeribles, se indigesta.
Y don pepe que gozaba de buena salud, de patas fuertes, robustas y bien asentadas, empezó a rodearse de termitas y poco a poco entro en decadencia pues en sus robustos asientos se hacía visible la carcoma.
Mientras tanto otros corderos aguardando su momento van agrandando el rebaño pues solo así vencerán a los lobos.
POSTDATA: el autor ADVIERTE: "cualquier parecido con la realidad es tan solo producto de su imaginación, pues tratase de una ficción y grandiosa fantasía donde los personajes no son más que una ilusión”
Moraleja: " quien en ningún sitio asienta el culo difícilmente conseguirá un SILLON propio”
FDO. TSACI.
